En el patio del colegio también tenemos unas macetas preciosas, a las cuales hemos decidido sacar partido. Estaban un poco abandonadas, así que lo que hicimos fue ponerlas de nuevo en funcionamiento. Primero rellenamos las que no tenían tierra, después con unas cañas de bambú también de nuestro patio (si es que somos autosuficientes hasta en herramientas) removimos la tierra. Después las regamos para que vayan cogiendo humedad. Al día siguiente las cuchamos. Esperamos otro día para volver a removerlas de nuevo. Más tarde plantamos unos plantones (semillas ya germinadas) de varias especies (repollos, ajos, lechugas, fresas, etc.) y las regamos. En un terrario de cristal metimos varios recipientes (yogures) con semillas de manzana y de pimientos envueltas en algodones húmedos, con el objetivo de trasplantarlas en cuanto germinen. Por último hicimos unos carteles con el nombre de cada uno/a para señalar cada maceta, así cada persona además de la responsabilidad común del huerto tiene la responsabilidad de su propia maceta y semillero. Unas fotos del proceso:
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