Después de que lavamos las manzanas seleccionadas para hacer la sidra tocaba molerlas en el molín. Era una tarea peligrosa por lo cual me encargué de hacerla yo mismo con ayuda del maestro de asturiano. Lo primero que hicimos fue como siempre explicar el funcionamiento de la máquina y todo el proceso que íbamos a hacer.
Después de moler o triturar la manzana dejamos que el alumnado tocara la
"magaya" y la oliera, para que se dieran cuenta de que con eso era con lo que se hacía la sidra.
"Huele a zumo profe",era lo que me decía el alumnado.
Aquí unas fotos en acción:
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